En la República Dominicana, la confrontación entre oposición y oficialismo ya no se limita a discursos, mítines o debates en el Congreso. La lucha por conquistar al electorado joven se ha trasladado a las plataformas digitales, donde las estrategias se vuelven cada vez más creativas, directas y agresivas.
En este contexto, la inteligencia artificial ha surgido como una herramienta clave para generar contenido pensado para impactar emocionalmente y modificar la narrativa política. Más allá de su uso técnico, la IA se ha convertido en un instrumento discursivo capaz de replicar ataques, amplificarlos y diversificarlos, muchas veces manipulando la realidad.
Un ejemplo concreto en el país es el uso de canciones urbanas con fines políticos. Recientemente, dos temas de rap generados completamente por IA han ganado notoriedad, representando visiones opuestas sobre la gestión del Gobierno.
Estas canciones, difundidas ampliamente en redes sociales, destacan no solo por su contenido político cargado de mensajes directos, sino también por su capacidad de conectar con un público joven acostumbrado al consumo digital inmediato, que reconoce en este lenguaje urbano un medio familiar y efectivo para transmitir ideas políticas.